La mirada de Tamara
Por Vanesa Ruiz Diaz
(La crónica de esta estudiante fue publicada en el medio Mundo Villa. Acá el enlace: https://mundovilla.com/literatura-de-barrio-la-mirada-de-tamara-por-vanesa-ruiz-diaz/)
Una mañana lluviosa me ha tocado el día de hoy. Con un frío polar que hace bastante no nos solía tocar. Para ser más específica, prendo la televisión y veo unos dos grados a las seis de la mañana. Sumado a este frío invernal tuve la mala suerte de quedarme sin luz a poco tiempo de levantarme. “Lo que faltaba” pensé en voz alta. Decidí higienizarme a la luz de las velas ya que seguía un tanto oscuro y no amanecía del todo. Agarré el celular para mantenerme al tanto de mi tiempo, aún me quedaba algo de batería. Mientras me secaba la cara se hicieron las seis y media am, preparé la pava y aliste mi mate. Recurrí a correr las cortinas de mi ventana para saber si seguía lloviendo.
– Gracias a Dios dejó de llover- dije aliviada. Salí a la vereda y encontré las calles inundadas gracias a esas obras a medio hacer que habían comenzado desde el municipio durante el verano y no se continuaron por los motivos que vaya uno a saber. En ese momento pensé “¿Cómo voy hacer para llegar hasta la avenida ahora?” De repente escucho un silbido a lo lejos, era la pava hirviendo. Comienzo a tomar unos mates, esperando que llegue el horario para irme a trabajar. Se hacen las siete y veinte a.m. y tengo que salir hacia el trabajo. Me alisté, junté mi cartera, mis llaves, el celular y salí. Al salir de mi casa logré ver varias cuadras llenas de barro y aguas estancadas en cada esquina, esquinas, las cuales ninguna contaba con un contenedor de basura.
– ¡Ey Tamara! Vení, subí que te alcanzó hasta la avenida con el auto. – Escuché a alguien gritar. Era Sofía, mi vecina, no lo pensé y me subí.