Vestigios del Eternauta, 64 años después…
Por Camila Bertolotti
(Primer cuatrimestre de 2021)
El fenómeno que experimentamos a principios del 2020 fue denominado
pandemia por los especialistas ya que atravesó a todos los países del mundo
sin distinción de género, nacionalidades o posición económica. El
confinamiento al que debimos someternos y que todavía sigue vigente tiene un
gran paralelismo con la historieta de ciencia ficción escrita por Oesterheld y
animada por Solano López en 1957. “El Eternauta” nos relata una invasión
extraterrestre en la Ciudad de Buenos Aires. A causa de esto los protagonistas
deben resguardarse en sus hogares para sobrevivir a una helada que mata
todo a su paso.
“Entre las catástrofes colectivas están esas pestilencias que los biólogos han
dado en llamar pandemias. Donde golpean, subvierten el orden habitual de la
vida. Restaurarlo siempre demandará esfuerzos y sacrificios.” Tal como
menciona Pablo Capanna en su ensayo “Catástrofe” nuestra realidad actual
transformo nuestras vidas y hábitos de manera drástica. Para lograr restaurar
ese orden requiere de la solidaridad colectiva para superar este momento difícil
en igualdad de condiciones para todos. La obra de Oesterheld nos trasmite ese
gran valor que actualmente nos hace mucha falta. Un claro ejemplo de esto es
el personal médico y los científicos que trabajan día y noche para
proporcionarnos los cuidados necesarios y brindarnos una cura definitiva.
Como podemos apreciar durante toda la historia los protagonistas cooperan
entre si para superar esta situación que los compromete a todos por igual.
Aunque algunos de ellos, por ejemplo, los amigos de Juan Salvo, entran en
pánico al principio, pensando que es el fin de sus vidas y los preocupa el
porvenir de sus seres queridos. Esta duda sobre el futuro que plantean los
personajes nos interpela mucho en nuestro presente, donde si bien la situación
parece estar controlada nos atemoriza pensar que puede ocurrir algo similar en
cualquier momento. El momento en el que miran por la ventana y se dan
cuenta que están “todos muertos”, tal cual lo mencionan en la historieta,
también resuena mucho en estos días debido a la cantidad de muertos que se
suman día tras día a causa del covid19. En palabras del mismo Oesterheld “la
historieta sorprende al lector porque es nueva, porque es original, porque es
moderna, de hoy, de mañana si hace al caso.”
Nacido en 1919 en Buenos Aires, se graduó como geólogo en la Facultad de
Ciencias Exactas de Universidad de Buenos Aires. A sus 23 años público su
primer cuento en el diario La Prensa llamado “Truila y Militar. Sus obras más
relevantes, además del “El Eternauta”, fueron “Sondas”, “Vida del Che” y
“Evita”. En las últimas dos asume una posición política muy determinada que
se ve reflejada en las mismas. Debido a su comprometida militancia en
Montoneros, en 1977 Héctor fue uno de los tantos desaparecidos por la última
dictadura militar en nuestro país. Se estima que fue asesinado a mediados de 1978. Lo mismo le ocurrió a su esposa y sus cuatro hijas, dos de ellas estaban embarazadas. Siempre será recordado como uno de los más grandes guionistas de historietas del país.