Una obligación moral que no es igual para todos
Por Luz M. Figueredo
(Segundo cuatrimestre 2020)
El medio ambiente está en nuestras manos, y nuestro futuro dependerá de cómo sea valorado, pero… ¿las manos de todos contaminan por igual? Sin dudas la población mundial debe generar hábitos que fomenten la responsabilidad ambiental, aun así, para cuidar el medio ambiente la conciencia individual no alcanza. Son las grandes industrias las que contaminan a mayor escala y deben replantearse cuál es la ética ambiental que utilizan, si es que existe una mínima pizca de ética u obligación moral que quepa en sus valores, obligación moral que les deben a la naturaleza y a los habitantes, aquellos a quienes sus contaminantes deterioran paulatinamente su calidad de vida y su realidad social.
No solo las industrias deben reconsiderar su obligación moral, sino también los organismos institucionales que son responsables de velar por las disposiciones que cuidan el medio ambiente y a sus habitantes, organismos a los que no parece serles primordial y de urgencia la drástica realidad en el medio ambiente urbano.
Se deben establecer ciertas culpabilidades para hablar de obligaciones morales reales, Para ello pondré como eje disparador y ejemplificador el caso de la contaminación a la cuenca Matanza Riachuelo y las cifras aquí podrían hablar por sí solas: el Riachuelo recibe casi 90.000 metros cúbicos de desechos industriales de muchas de las fábricas instaladas en sus orillas, a esos afluentes químicos se les suman 368.000 metros cúbicos de aguas servidas por día. En esa misma Cuenca hay más de 100 basurales a cielo abierto y el agua tiene niveles de mercurio, zinc, plomo y cromo de hasta 50 veces más de lo permitido, usada por 13 villas de emergencia en la parte baja del río. Estas cifras hablan de una población para quienes la salud no fue una opción, y su realidad se vio afectada de por vida. Ha de parecer que entre los valores de quienes lideran las industrias a lo largo y ancho de la cuenca no se encuentran la salud y calidad de vida de más de 5 millones de habitantes del territorio. O bien que la razón que ejerce presión sobre la voluntad de ganar fortunas a costa de contaminar seres humanos no es lo suficientemente fuerte para buscar alternativas sustentables y amigables con quienes lo padecen.
Por otro lado, la autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar) tampoco realiza acciones concretas que demuestren su compromiso con las acciones que le competen. Alfredo Alberti, presidente de la Asociación de Vecinos de La Boca, aseguró en diálogo con PáginaI12 que “la situación del riachuelo hoy deja mucho que desear. Acumar no respeta ningún plazo, no está cambiando las resoluciones importantes para controlar las industrias que siguen arrojando de todo a un riachuelo que está absolutamente colapsado”. Lo que es aún peor es que la directora de Acumar ha dicho que “hay que enseñarle a la gente a no tirar basura al río para que el río no se contamine” queriendo culpabilizar de 200 años de contaminación industrial a los habitantes de las proximidades de la cuenca.
“Frente a un determinado problema se dice –los responsables somos todos– eso es lo mismo que no querer saber quién es el verdadero responsable, o lo que es peor, mantener oculto a los verdaderos responsables”, cuenta Sergio Federovisky biólogo, periodista y ambientalista argentino, conductor del programa “Ambiente y Medio” en la televisión pública.
No se debe de ninguna manera equiparar la obligación moral de los grandes responsables con la individual de cada habitante, que desde su lugar no tiene ni la ínfima posibilidad de cambiar la situación como por el contrario la tienen sus culpables. Si los propios organismos institucionales que deben regular y accionar en pos de garantizar el bienestar y cuidado ambiental no encuentran entre sus valores la obligación moral que le deben al medio ambiente y a sus habitantes, mucha menos esperanza de ética o moral se podría esperar de las industrias.
Apelar a políticas públicas con carácter de ley, metas y evaluaciones de calidad ambiental, intervenidas por un estado presente y capacitado debe ser el disparador a generar esa ética ambiental buscada y un camino hacía la obligación moral de los responsables que no han sabido encontrarla como deberían.
Bibliografía:
- Bouzo, S. [Instituto de Investigaciones Gino Germani]. (15 de noviembre de 2018). Mujeres del río. [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=6IlwE5ZocIw&t=533s&ab_channel=InstitutodeInvestigacionesGinoGermani
- Federovisky, S. [TEDx Talks]. (3 de enero de 2019). Para cuidar el ambiente, la conciencia no alcanza. [Archivo de video]. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=CLq6tykbIrk&ab_channel=TEDxTalks
- Marziotta, G. (11 de enero de 2020). Una limpieza que es puro maquillaje. Página12.