La invisibilidad social
Por Lucrecia Barreto y Elías Sotelo
Primer Cuatrimestre 2017
En nuestro país existen muchas personas que viven bajo la línea de pobreza. Esta situación es realmente preocupante, aún más cuando esas personas carecen de viviendas.
Según las últimas mediciones del INDEC, en el segundo semestre 2016, uno de cada tres habitantes en Argentina es pobre. El 32,2% de los argentinos es pobre y el 6,3 por ciento de la población es indigente. Pero en la cotidianidad parece que las cifras son erróneas porque en el día a día, la sensación es otra. Entones, las cifras podrían ser discutidas teniendo en cuenta donde se han realizado las mediciones.
Pero detrás de cada cifra se encuentran las personas, con una historia diferente. Son 14 millones de personas invisibles. Están ahí pero nadie los ve, no son cifras. Son esas personas que están incluidas en esas cifras.
La intersección Av. 21 y Av. Camino General Belgrano, en el partido de Berazategui, es una zona altamente transitada. Ahí se encuentran dos restaurantes, El Amanecer y La Divina (cerrado), la escuela privada Dr. Canullan, la distribuidora de bebidas Pazquini, la remisería Puerto Argentino, el corralón Menéndez, la agencia de lotería, la farmacia Minotti y la parada de colectivos de la línea 324 y 159.
En aquel lugar vive Carlos, de 44 años de edad. Vive en la calle aproximadamente hace 8 meses, no lo recuerda con exactitud. Trabajaba en el restaurante La Divina y cuando este cerró quedo en la calle, literalmente, era sereno del lugar. Cuenta que el dueño lo hecho y no le importo que él no tenga donde vivir. También comenta que no tiene familia, que su mamá murió hace unos años y que a la noche no puede dormir porque la recuerda y lo acongoja y pierde el sueño, que tiene que estar atento porque le han querido robar. Nos muestra sus manos, cuenta que él es muy nervioso, tiene manchas y erupciones en ellas. Actualmente trabaja como cuidador de coches (lo que conocemos como trapito) en el estacionamiento de una pileta cerca del lugar. Nos muestra su billetera que saca de una de las medias que tiene puesta y dice “ven, yo trabajo”, “me pongo acá la plata porque me quisieron robar unos pibitos”.
Esta historia es una sola de aquellas cifras enunciadas. Donde el derecho por vivienda digna es incumplido. Muchas personas lo ven a Carlos, pero no lo miran. La zona donde él vive es muy transcurrida. Entonces ¿será que ningún funcionario político pasó por la zona o nunca cenó en el restaurante El Amanecer tan concurrido? Las razones de porque nadie ayuda a Carlos, las desconocemos. Sólo sabemos que Carlos vive allí, en la calle.