Donde nace una necesidad, nace un derecho
Por Retamar Alejandra y Scrivo Irene
(Primer cuatrimestre 2022)
En un vulnerable barrio de la periferia de la ciudad de La Plata, un equipo de la Organización Comunitaria del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires se presenta una vez más para garantizar el acceso a la salud, en esta oportunidad, completando el esquema de vacunación contra COVID.
Allí donde las ambulancias, bomberos y recolectores no pueden ingresar, allí donde los pocos vehículos que logran transitarlo dejan marcados el peso de sus ruedas y sus maniobras por esquivar zanjas, la salud no se posterga; Andrea – y su comprometida vocación- lo hace a pie.
Este equipo, cada jornada, tiene como desafío principal incluir con diferentes actividades de atención primaria a aquella población observada con serias dificultades para trasladarse al centro de salud más cercano, en los hospitales de la ciudad, y a quienes no consiguen turnos.
Pasadas las primeras horas de la mañana, una tarde lluviosa de abril, Andrea emprendió su habitual recorrido junto a sus compañeros, con la misión de llegar a completar los esquemas de vacunación a todos los vecinos y así contribuir en la lucha contra la inclusión y desigualdad acrecentada con la pandemia.
Era frecuente para ella encontrarse con casos de personas que ni siquiera iniciaron su esquema por alguna discapacidad, o por falta de tiempo porque trabajan muchas horas y los vacunatorios están cerrados cuando terminan su jornada laboral.
Andrea avanza a su primera manzana, con su conservadora llena de vacunas a cuestas. No sabe con quién se irá a encontrar. Recién; después de golpear las manos muy fuertes, en la primera puerta, la atiende una mujer llamada Juana. “No recibí ninguna dosis porque en los puntos de vacunación no me pueden registrar por ser extranjera y esta problemática atraviesa a todas las familias de este nuevo asentamiento”.
Más de mil familias sin DNI, sin vacunar, como viviendo en las sombras de una gran ciudad, un sabor amargo perfumaba la postal que este grupo sanitario recibía, de igual modo los promotores cumplieron con su objetivo de garantizar el acceso a la salud, sin fronteras y reconociendo a las personas como individuo de derechos. Conjuntamente y articulados con el RENAPER, Andrea, logró vacunar a Juana y a toda la comunidad boliviana que allí reside. “A grandes males, grandes remedios”, dice Andrea y se despide, pestañeando esperanza.