Una educación inclusiva
2do cuatrimestre 2017
Milagros García y Guillermina Céspedes
La educación libre y gratuita es un derecho que todos losseres humanos poseen. A pesar de esto, no todos tienen la misma accesibilidadpara gozar de este derecho.Los niños y jóvenes con necesidades especiales, porejemplo, sufren de un complicado proceso para finalizar y cumplir con el nivelprimario y secundario de escolarización. Solo un 16% de ellos asisten aescuelas comunes, mientras los demás son rechazados por las institucionespúblicas y privadas. El rechazo constante, genera una gran desesperación yfrustración para el niño y su familia, que necesita de una escuela que asuma la integración de su hijo, lo que loslleva a tener que pagar una institución privada si o sí.
En el 2008 a
través de la sanción de la ley 26.378, la Argentina reconoce el derecho de los
niños, adolescentes y adultos con discapacidades a una educación inclusiva en
todos los niveles. Pero, ¿a qué se refiere realmente? Para tener una educación
inclusiva primero se necesita de una sociedad que acepte y acompañe a las
personas con necesidades diferentes. Sin una sociedad preparada, que no acepte
la diversidad física y mental, no habrá
inclusión.
Por ejemplo, se puede mencionar (entre otros) el caso de
Octavio, un chico de 12 años que sufre de trastorno de hiperactividad y déficit
de atención, por lo tanto fue apartado de la escuela para que tome clases
domiciliarias, decisión que fue tomada por el grupo pedagógico de la escuela
que tendría que encargarse de que esas cosas no sucedieran, y que de ser así al
menos se intente que pueda participar en alguna clase para que el chico no se
sienta aislado del todo. Entre otras cosas también fue marginado de su propio
viaje de egresados, viaje que sus padres ya habían comenzado a pagar. Por lo
tanto, sabiendo lo qué pasó este chico y lo que pasan tantos otros, ¿es posible
realmente hablar de la inclusión al diferente? Esto muestra que cuando los
niños son admitidos en colegios comunes, son tomados como un “problema” para la
institución. Al no estar preparados para establecer una enseñanza inclusiva, se
genera una gran diferenciación de aprendizajes, cuando la escuela debería considerar a la diversidad
como un valor educativo, debe ser la institución la que se adapte al estudiante
y no el estudiante a la institución. La educación inclusiva debe reconocer que
no todos aprenden lo mismo al mismo tiempo. Es necesario el acompañamiento de
un docente especializado, pero las autoridades de las escuelas no siempre
tienen en cuenta esa necesidad, y el estudiante termina sin tener una
integración satisfactoria, y como sucede enmuchos casos, la escuela incumple la
ley derivado al niño a una escuela especial, por falta de recursos que cumplan
con las necesidades del estudiante.