La democracia de luto
Cruz M.-Rodríguez L.
2do Cuatrimestre 2017
El primero de agosto del año 2017 un joven de
veintisiete años llamado Santiago Maldonado fue visto por última vez en una
protesta de la comunidad mapuche en la localidad de Cushamen en el marco de un
reclamo por unas tierras ancestrales en Chubut, las cuales fueron compradas por
la firma italiana Benetton. Mochilero, artesano, amante de la naturaleza y la vida.
“Ni militante ni activista”-según su hermano. Testigos aseguran haberlo visto
durante un operativo que llevo a cabo Gendarmería, pero desde ese día nada se
sabe de su paradero.
La reforma constitucional de 1994 le otorgó al
Pueblo Mapuche el derecho a la posesión y propiedad de las tierras, pero esto
no se cumple.
El primero de septiembre se cumplió un mes de su
desaparición y, en alusión a la fecha, se convocó una marcha en Plaza de Mayo a
la que asistieron alrededor de 250.000 personas, entre ellos mujeres, niños,
docentes. Todo un pueblo unido exigiendo el castigo a los represores y con
cientos de carteles con la frase “Aparición con vida de Santiago Maldonado”. Al
finalizar la pacífica manifestación, un operativo se llevó detenidas a 30
personas y 17 resultaron heridas, en su mayoría periodistas de medios
independientes y transeúntes que sólo pasaban por el lugar.
Muchos aseguran que se perdió el derecho a la
vida y a la libertad de expresión, casos como este incurren a lo más siniestro
de la historia argentina.
“Desde ese día todo cambió ¿Dónde está? Nadie
sabe ¿Dónde quedaron los derechos? Él fue a protestar por una causa que creía
justa y se lo llevaron. Aferrado a un árbol, sin cruzar el río cuando
escucharon a alguien anunciándole que estaba detenido. Después se escuchó “Ya
está, ya está” sin saber de quién eran esas palabras”-aseguró el mapuche que
señaló no volver a ver a Santiago.
Otra vez, la convivencia entre poderes
económicos y políticos concentrados y los medios de comunicación. Esa triste
realidad que sólo debería ser recordada para que no vuelva a ocurrir, sigue
latente. Todo un pueblo que perteneció a la dictadura de 1976 volvió a ver
reflejado el miedo y el terror del Estado. Un pacto de impunidad y un plan
sistemático de encubrimiento abunda entre los acusados.
Desde el gobierno se dio una pista falsa que
rápidamente fue descartada: la sangre hallada en el cuchillo de un puestero no
coincide con la de Maldonado, de esta manera la gendarmería opera el caso.
Entre gritos, palos y balas desapareció. Este caso tuvo repercusión en todo el
mundo, ya que además de una gran manifestación en Argentina, se llevaron a cabo
en numerosas zonas céntricas alrededor del globo. A casi dos meses de su
desaparición no hay respuestas ni explicaciones, sólo rostros angustiados,
carteles y cantos. El país oscurece, todo hace ruido. Poco a poco la democracia
desaparece.