El inicio de lo que no tiene fin
Por Sofía Spampinato
Primer Cuatrimestre 2019
La fotografía es lo más cercano a la realidad que podemos tener. Una fotografía puede ser interpretada de cualquier forma y transmitir sentimientos distintos. Es una manera de mostrar la belleza del mundo, desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes, y que suelen pasar desapercibidas al ojo humano.
Siempre fui de observar todo a mí alrededor: personas, objetos, colores, estilos de vestir, calles, luces, accesos…en fin, detalles. Me comporto como una cámara de fotos, y las fotografías que capturo las selecciono con los ojos, miro, prestó atención. Esos detalles me permiten desde hace un tiempo, aprender y guardar un poco más del mundo en el que vivimos. Ese espacio en el que habitamos personas diferentes, con necesidades y posibilidades distintas, caracterizado por el ir y venir sin descanso, sin freno. Y me pregunto, un mundo así, ¿presta atención a los detalles?
Mi primer encuentro con las personas con discapacidad fue sorpresivo y gratificante, de esos momentos en los que la piel se eriza y nos damos cuenta que de ahí ya no hay escapatoria, que querés quedarte y ser parte. Son fotografías capturadas para siempre. Pude sentir una conexión mutua, un mar de emociones y sentimientos explicables con la mirada y el afecto. Así, en esa comprensión, me comprometí y uní a ellos para fomentar aún más la concientización sobre un espacio y entorno en el cual vivir mejor. Poder frenar al mundo y hacerle prestar atención. Como expresa la escritora Andruetto en su texto: “Son los obstáculos los que nos llevan a pensar, los que nos enfrentan con nosotros mismos para que podamos ver, para intentar resolver, para advertir que no todo es como creíamos, que las cosas podían ser de otra manera, que hay otras maneras, que hay otros y que esos otros puede que piensen y vivan de modo distinto, que deban hacerlo, que quieran hacerlo”.
Transcurre el año 2019 y la Universidad Nacional de Quilmes celebra sus 30 años. Años que se traducen en la experiencia y responsabilidad, en el recorrer pasillos, en observar, en demostrar interés por los estudiantes y, a su vez, lograr dar respuesta a las necesidades que surgen de los mismos.Años, que no solo nos permiten dar cuenta de la misión académica que esta Institución tiene, sino también de la misión inclusiva que persigue y fomenta. Una evidencia, es la cartelera en Braile: pequeños rectángulos rojos, ubicados a un costado de las puertas de entrada a las aulas, que dan a conocer cuál aula es para aquellos alumnos que carecen del sentido de la vista. Esas figuras, rozadas por muchos, evitadas por otros, son descubiertas y capturadas por alguien que entiende que hay otros que piensan y viven de modo distinto.
La Universidad, desde hace más de diez años ofrece desde la Secretaría de Extensión, la inclusión de personas con discapacidad, optimizando la accesibilidad física, comunicacional y académica. Además, en el año 2013 creó el Observatorio de la Discapacidad, con el objetivo, entre otros, de abrir un espacio social para la reflexión sobre la problemática de la Discapacidad y así, avanzar en el beneficio del alumnado. Estos, son detalles que demuestran que la Universidad también saca sus propias fotografías y al igual que yo, presta atención y se conecta. Son iniciativas que, a mi entender, las llamaría como el inicio de lo que no tiene fin.