“Se hace camino al andar…”
Luciana Borghetti y Camila Justo
1er cuatimestre 2018
Proceso. Secuencia de pasos dispuesta con algún tipo de lógica que se enfoca en lograr un resultado específico. La vida está llena de procesos, algunos más grandes otros más chicos; unos más profundos otros más superfluos. Pero procesos al fin. Somos una serie de sucesos concatenados y de decisiones con sus consecuencias. ¿Nuestro ejemplo más cercano? La universidad, ese lugar donde nuestra percepción se ensancha sin límites. Sin intenciones ni pretensiones nos dejamos llevar por esa entrada al aire libre, con espacios verdes que nos llenan de un entusiasmo que no logramos comprender del todo. Es un edificio que lejos de intimidarnos, nos invita de manera austera a inspeccionar libremente sus pasillos grandes e iluminados, subiendo y bajando las escaleras que nos van conduciendo por la aventura de cursar en la universidad. Este año se celebran los 100 años de la Reforma Universitaria de Córdoba (1918), la cual podemos tomar como una referencia concreta del proceso como experiencia universitaria, en un contexto donde los estudiantes velaron por una Universidad que pasara de ser una mera institución académica a un espacio donde anclar su sentido de pertenencia. “La Juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio de los cuerpos universitarios por medio de sus representantes.”2
Como describíamos anteriormente haciendo alusión a la Reforma Universitaria, la experiencia académica en la universidad está llena de pequeñas batallas con sus victorias individuales que apuntan a un logro mayor: el de obtener un título que certifique tantos años de esfuerzo y entrega. Esta decisión voluntaria de formar nuestra identidad profesional, en pos de la obtención de ese Gran Logro, puede llevarnos a ignorar por completo aquellas cosas que a la vista no son tan obvias. Oculto detrás de la vorágine académica, a través del velo de las materias y de los matices que surgen clase a clase, hay un sin fin de actividades que, en la Universidad Nacional de Quilmes, son propuestas por la Secretaría de Extensión y que apuntan a enriquecer la trayectoria del estudiante y lograr rellenar positivamente el paso de los mismos por la Universidad. Funciona como una hendija de luz que nos lleva a poner la mirada en el proceso y no tanto en el Gran Logro de la vida universitaria. Una perspectiva como la de un niño, que lejos de verse abrumado por la realidad que lo rodea, hace uso de ella como su plaza de juegos, dando lugar a todas aquellas cosas que están ahí, latentes, esperando a ser descubiertas. “El orden visible al que estamos acostumbrados no es el único: coexiste con otros. (…) Los niños lo perciben intuitivamente, porque les gusta esconderse detrás de las cosas, y desde allí descubren los intersticios existentes entre las diferentes gamas de lo visible”3. Ir a la universidad es, a fin de cuentas, una oportunidad que nos damos como personas de formarnos. Ahora bien, poniendo en peso el sacrificio heroico de una juventud que, en 1918 hizo eco en las paredes de la Universidad de Córdoba y que nos sigue atravesando hoy en día; como estudiantes tenemos el desafío de explorar a través de nuestras acciones aquellas cosas que en el día a día no son tan obvias pero que, como decía Berger en “Abrir la Cancela, nos confirman en nuestra vida.
1 Serrat, Joan Manuel (1969) “Caminante no hay camino”.
2 Juventud Universitaria de Córdoba (1918) “Manifiesto Liminar”
3 Berger, John (2008) “Abrir la Cancela”