¿Hay cosas más importantes que nuestra salud?
Por Cintia Pereyra y Agustina Sánchez
Primer cuatrimestre 2017
En la actualidad el sedentarismo supone un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas, que se podrían evitar implementando una amplia variedad de movimientos que incluyen actividades cotidianas, tales como caminar, bailar, subir y bajar escaleras, tareas domésticas, y otras, además de los ejercicios planificados.
La Organización Mundial de la Salud1 considera “actividad física” a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía.
El ejercicio físico realizado en forma regular ha demostrado que reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebro vascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas; mejora la salud ósea y funcional, y es un determinante clave del gasto energético, y es por lo tanto fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso. 7
Además, se ha observado que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo).
Siguiendo el pensamiento de Samuel Johnson en su Diccionario (1775), que dice que la salud “consiste en estar robusto, ileso o carente de malestar, dolor o enfermedad”. Según la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud), la salud se puede definir como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedades”.