El lenguaje de la guitarra
Leila Ibrahim
Segundo cuatrimestre 2016
No está claro cuál fue su origen. Apenas se sabe -imprecisamente- que ya existía en el período antiguo de la humanidad. Algunos proponen que apareció por primera vez en la cultura greco-romana. Otros reconocen su matriz en la cultura musulmana y fueron los árabes, quienes durante las invasiones a la Península Ibérica, la introdujeron en la cultura occidental.
La guitarra es el instrumento principal del rock, del blues, el tango y muchos géneros musicales más. Su cuerpo está conformado por un mástil, la caja y las cuerdas. No cuerdas vocales sino pulsadas que pronuncian melodías como los humanos que, gracias a nuestras cuerdas emitimos voz, lenguaje, comunicación. Los seres humanos, en ciertas ocasiones, nos encontramos en situaciones emocionales que exceden los conceptos de las palabras para poder desahogarnos. ¿Cuántas veces escuchamos “No sé cómo explicarlo”, “No encuentro palabras para decirlo” o expresiones similares? Y es cuando muchos agarran la guitarra y dejan que ella se manifieste, porque no comprende del lenguaje humano, pero sí de transmitir aquellas emociones tan profundas y arraigadas a nuestra intimidad.
¡Cuántas guitarras han sonado en los cimientos del tango y transmitieron la tristeza de vivir en un arrabal, o la angustia de un amor perdido! ¿Cuántas guitarras fueron partícipes de rituales? En ciertas culturas africanas, cuando nace una persona, no le vierten agua bendita sino que el sonido de la guitarra es quien la bendice, por la creencia de que la música es el lenguaje de los dioses. Innumerables son las guitarras que gritaron armoniosa y melódicamente, en un escenario, para reclamar que el mundo sea un poco menos miserable.
¿Cuántos de estos instrumentos fueron testigos y oradores de una declaración profunda de amor, porque el amante consideró que su voz no bastaba para comunicar tal intensa sensación a su pareja y requirió ayuda del sonido de las cuerdas de acero?
Y yo estaba allí, frente aquel muchacho que se iba con su guitarra en mano y me pregunté ¿qué hará?, ¿cuál será el destino o su propósito de uso? ¿La guitarra es su medio de trabajo, o sólo quiere hacerla hablar por placer? Lo cierto es que las guitarras siempre sonaron en la historia humana. No nos damos cuenta, pero su sonido siempre está allí. En cada estación de radio, en cada persona que la toca en la calle a cambio de unas monedas. En cualquier lugar. Pienso en eso, mientras veo al chico alejarse en el subte. Entonces recordé a mi papá. Cuando sonaba Skay Beilinson y él exclamaba: ¡Mirá cómo la hace hablar!